Porque nuestro gozo es este, el testimonio de nuestra conciencia. "Porque" introduce la razón por la cual los corintios deben dar gracias y orar por Pablo. Es porque fue su Apóstol, quien con gran gracia y eficacia les predicó el Evangelio y los convirtió; y en prueba de ello apela a su propia conciencia ya la de ellos.

Obsérvese aquí la fuerza y ​​la quietud que proceden de una buena conciencia. "No hay teatro", dice Cicerón, "porque la virtud es tan grande como la de la conciencia". Juvenal, también ( Sábado xiii.), dice. "La cumbre de la felicidad es tener una mente consciente de su propia integridad". S. Agustín de nuevo ( contra Secund. Manich. ci) dice: "Piensa en Agustín lo que quieras, mi conciencia no será mi acusador en la presencia de Dios". Ver notas a 1 Timoteo 1:5 .

No con sabiduría carnal. No he predicado con filosofía o elocuencia humana, sino con gracia, celo, eficacia y el Espíritu Santo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento