Padres, no provoquen ... - Notas, Efesios 6:4.

Para que no se desanimen - Para que, al encontrar continuamente fallas en ellos, pierdan todo el coraje y la desesperación de complacerlos. Hay mucho sentido del sonido y sabiduría práctica en esta observación del apóstol. Los niños no deben sentirse halagados, pero deben ser alentados. No deberían ser tan elogiados como para hacerlos vanidosos y orgullosos, pero deberían ser elogiados cuando lo hacen bien. El deseo de elogio no debe ser el principio a partir del cual se les debe enseñar a actuar, sino que deben sentir que la aprobación de los padres es algo deseable, y cuando actúan para merecer esa aprobación, no les hacen daño. entendiéndolo El que siempre encuentra faltas en un niño; quien nunca está satisfecho con lo que hace; quien regaña, se inquieta y se queja, deja que haga lo que quiera, rompe su espíritu y pronto destruye en la delicada textura de su alma todo deseo de hacerlo bien. El niño desesperado pronto cede todos los esfuerzos para agradar. Se vuelve hosco, taciturno, estúpido e indiferente a todos los motivos que se le pueden presentar, y se vuelve en gran medida indiferente en cuanto a lo que hace, ya que todo lo que hace se encuentra con la misma recepción de los padres.

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