Pero cuando eres más rápido, unge ... - Es decir, aparece como lo haces a diario. No asumas ninguna apariencia nueva, ni cambies tu rostro o vestido. Los judíos y todas las naciones vecinas tenían la costumbre de lavar y ungir sus cuerpos. Este lavado se realizó en cada comida; y donde se podía efectuar, la cabeza u otras partes del cuerpo se ungían diariamente con aceite dulce o de oliva. En un clima cálido, expuesto al gran calor del sol, esta práctica condujo mucho a la salud, preservó la piel suave y tierna, y proporcionó una sensación y un olor muy agradecidos. Ver Marco 7:2; Santiago 5:14; Marco 11:13; Juan 12:3.

El significado de todo este mandamiento es, cuando consideras que es tu deber ayunar, hacerlo como algo que expresa un profundo sentimiento o pena por el pecado, no asumiendo gravedad y mal humor sin sentido, sino con tu vestimenta y apariencia ordinarias; no para llamar la atención, sino como una expresión de sentimiento hacia Dios, y él lo aprobará y recompensará.

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