La primera palabra debería decir: “Y se decreta; Ella será puesta al descubierto. Está decretado. Todo esto tuvo lugar, de otra manera que el hombre hubiera pensado, porque era la voluntad de Dios. Ella (la gente de la ciudad, bajo la figura de una mujer cautiva) "será puesta al descubierto", avergonzada, a su reproche; “Ella será educada”, a juicio, o de Nínive como ahora hundida y deprimida; "Y sus doncellas", las ciudades menores, como mujeres asistentes en la ciudad real, y sus habitantes representados como mujeres, tanto como vergüenza y debilidad. Todo el imperio de Nínive fue derrocado por Nabopalassar. Sin embargo, tampoco era la vergüenza especial querer, que las nobles matronas y vírgenes fueran tan cautivas en vergüenza y pena. "La conducirán, como con la voz de las palomas", gimiendo, sin embargo, por miedo, con una voz apagada.

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