aun así, deseándonos afectuosamente de vosotros [no los vuestros, sino vosotros], nos complació comunicaros, no sólo el evangelio de Dios [como la leche sincera de la Palabra], sino también [como suelen hacer las madres por sus bebés recién nacidos] nuestras propias almas [vidas-- 1 Juan 3:16 ], porque nos habéis llegado a ser muy queridos .

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Antiguo Testamento