(6) Así que, al tener un afectuoso deseo por ustedes, estuvimos dispuestos a impartirles, no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias almas, porque nos eran queridos.

(6) Considerar el rebaño que se le ha encomendado como más importante que su propia vida.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad