Nuestras propias almas ; nuestras vidas: estaba tan deseoso de su salvación, que estaba dispuesto no sólo a trabajar, sino a morir si era necesario para promoverla. En su manera de predicar y en su trato con los hombres, los ministros deben ser amables, gentiles, corteses, rectos y sinceros, no solo o principalmente con el propósito de agradar a los hombres, sino de hacerles bien.

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