El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. [La conducta de cada uno fue igualmente encomiable, ya que el objeto de cada uno era el mismo; es decir, para servir a Dios. El que descansaba y el que trabajaba buscaban cada uno agradar a Dios en su acto. Uno dio gracias por la carne y todo, y el otro dio gracias por todo, menos carne.

"Esta frase tan notable del apóstol nos proporciona -dice Godet- el verdadero medio de decidir todas aquellas cuestiones de casuística que tantas veces se plantean en la vida cristiana, y que tanto turban al creyente. Permítame tal o cual cosa. Sí, si puedo disfrutarlo al Señor, y dándole gracias por ello, no, si no puedo recibirlo como un regalo de su mano, y bendecirlo por ello.

Este modo de solución respeta a la vez los derechos del Señor y los de la libertad individual". El pasaje indica que la gracia antes de las comidas era la práctica universal de los cristianos en los días de Pablo. Probablemente descansaba en el hábito de Jesús - Lucas 9:16 ; Lucas 22:17-19 ; Lucas 24:30-35 ]

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