Los maestros judaizantes habían mentido. Los apóstoles no aprobaron su enseñanza y tampoco la congregación en Jerusalén. Evidentemente, tales falsos hermanos habían estado haciendo afirmaciones falsas de estar autorizados para enseñar tales puntos de vista. "No podemos dejar de preguntarnos si los judaizantes estaban presentes en la asamblea de Antioquía cuando se leyó esta epístola a la congregación, y de ser así, cuál fue su reacción" (Reese p. 551).

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Antiguo Testamento