"En el espiritu." No podemos describir este estado psicológico sino suponer que todos los canales de su ser estaban abiertos hacia Dios, listos para recibir cualquier comunicación divina. Si no hubiera estado "en el espíritu", sino que hubiera pasado el día santo a la manera moderna, no hace falta decir que no le habría llegado ninguna voz ni visión. El hombre que está en el espíritu en el día del Señor es el que escucha a Dios hablar y recibe su mensaje. "El día del Señor", evidentemente el sábado cristiano o el primer día de la semana, indicando qué día observaron los apóstoles.

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