"En medio uno semejante al Hijo del Hombre". Cristo está en medio de su iglesia. Él es su vida y poder. Él no es un Señor ausente. Es una presencia permanente y una personalidad. "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". A menos que Cristo esté en medio, la iglesia está muerta y privada de poder. Esta visión fue de especial significado y consuelo para aquellas iglesias en las escenas de sangre a través de las cuales fueron llamadas a pasar. En el horno de fuego ardiendo en el que pronto iban a ser arrojados, había Uno que caminaría con ellos, cuya apariencia era semejante al Hijo del Hombre.

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