Las iglesias son inseparables de su cabeza y centro Jesús, que se mueve entre las lumbreras de su templo con la dignidad y autoridad de un sumo sacerdote. El anarthrous ὑ. ἀ. es la apariencia humana del mesías celestial, como en En. xlvi. 16 (donde el Hijo del hombre acompaña a Dios, que como Cabeza de los Días tenía la cabeza “blanca como la lana”) y Asc. Es un. xi. 1. El difícil ὅμοιον debe ser explicado (con Vit.

ii. 127, 223, 227) como = ὡς ( Apocalipsis 2:18 ; Apocalipsis 6:14 ; Apocalipsis 9:7-8 ; Apocalipsis 9:11 ) o οἶον, “algo así”, una reproducción suelta del heb.

(“un être semblable à nous, un homme”). Todo el pasaje ilustra el hábito del escritor de describir un objeto o una persona acumulando cualidades sin tener en cuenta estrictamente la ubicación natural o gramatical. ποδήρης (sc. χιτὼν o ἐσθής), una túnica larga que llegaba hasta los pies, era una marca oriental de dignidad ( cf. com . Apocalipsis 1:7 y Ezequiel 9:2 ; Ezequiel 9:11 , LXX), que denota un alto rango o oficio como el de los reyes partos o el del sumo sacerdote judío que vestía de púrpura.

Ceñirse alto (¿con un cinturón?) era otra marca de posición elevada, generalmente reservada para los sacerdotes judíos, aunque los iraníes frecuentemente apelaban a sus deidades como "ceñidos" ( es decir , listos para la acción = cf. Yasht 15:54, 57 ). , “Vaya del cinto de oro, alto ceñido, veloz movimiento, tan poderoso en soberanía como cualquier soberano absoluto en el mundo”). La hebilla de oro o πόρπη era parte de la insignia de la realeza y su φίλοι (1Ma 10:8-9; 1Ma 11:58).

El autor mezcla así colores reales y sacerdotales en su paleta para realzar la majestuosidad de la aparición de Cristo. Nuevo, dorado (como en la escatología iraní), brillante, blanco son los adjetivos habituales que emplea a lo largo del libro para la dicha trascendente de la vida más allá y sus inquilinos celestiales; “dorado” ya se había usado en griego como sinónimo de precioso, excelente, divino.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento