Y puso una marca en la mano o en la frente de los hombres para que nadie pudiera comprar o vender a menos que tuviera la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Esto fue para boicotear o condenar al ostracismo a los cristianos y privarlos de los derechos comunes de los ciudadanos, o los derechos comunes de la humanidad. La presión de la angustia económica iba a caer sobre ellos para obligarlos a conformarse.

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