Muy bien rechazáis el mandamiento de Dios para guardar vuestras tradiciones

(καλως αθετειτε την εντολην του θεου ινα την παραδοσιν υμων τηρησητε). Uno casi puede ver a los escribas marchitarse bajo esta terrible acusación. Era un sarcasmo mordaz que cortaba hasta los huesos. La ironía evidente debería impedir la interpretación literal como elogio de la penetración farisaica de la palabra de Dios. Ver mi The Pharisees and Jesus para ilustraciones de la forma en que colocaron esta tradición oral por encima de la ley escrita. Ver en Mateo 15:7 .

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Antiguo Testamento