Filipenses 2:4 . no mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada uno también a lo de los demás. Según los mejores textos, esta es otra oración en participio que continúa la explicación de los medios para alcanzar el gran fin de la unidad de la mente. El apóstol no exhorta a los hombres a que dejen de mirar a sus propias cosas, porque sabe que esto sería imposible, pero quiere que, como miran a los suyos, en el mismo grado miren a las cosas de los demás.

Otra forma del precepto 'amar al prójimo como a uno mismo'. San Pablo usa las frases indefinidas, 'sus propias cosas', 'las cosas de los demás', porque él haría que su exhortación se aplicara a todos los hombres en todo momento. Incluye en él todos los intereses de cualquier clase por los que los hombres están ligados entre sí. Y por la palabra 'mirar' quiere hacer de cada uno de nosotros un centinela, siempre alerta para que, al pensar en sí mismo, pierda cualquier ocasión en la que deba pensar igualmente en favor de sus hermanos.

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