Como Dios asigna a los cristianos sus talentos y oportunidades, su condición y medida de influencia, de la mejor manera que promuevan su gloria y el bien de su reino, no hay más razón para la lucha entre ellos en cuanto a cuál será el mayor, que entre los demás. miembros del cuerpo humano. La perfección y la mayor utilidad de cada uno no consiste en poseer los talentos, ejercer la influencia o cumplir los deberes de otro, sino en desempeñar correctamente los suyos.

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