son sujetos ; fueron capaces de controlarse en este asunto. Aunque estaban inspirados, no había necesidad de que más de uno hablara a la vez. El Espíritu Santo por sus influencias no disminuye el control del hombre sobre sí mismo, sino que lo aumenta, y lo lleva a hacer, no cosas que son inadecuadas, sino aquellas que en sí mismas son correctas, y en su tendencia útiles.

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Antiguo Testamento