Encontrando discípulos, nos quedamos allí siete días para pasar un día de reposo con ellos. El cual le dijo a Pablo, por inspiración del Espíritu, que no subiera a Jerusalén.El significado parece ser que estos discípulos, al prever, mediante el espíritu de profecía, los problemas con los que Pablo se encontraría en Jerusalén, si iba allí, ellos mismos le aconsejaron que no fuera. Es necesario entender las palabras así, para dar cuenta de la conducta de Pablo; porque si el Espíritu hubiera prohibido absolutamente su viaje a Jerusalén, sin duda habría obedecido y no habría ido allí. Pero él, considerándolo como un consejo propio, lo rechazó y se fue. De hecho, parecían haber entendido que su impulso profético era una insinuación del Espíritu, de que Pablo, si así lo deseaba, podría evitar el peligro y la molestia que le advirtieron al no ir a Jerusalén. Y cuando hubiéramos cumplido esos días A saber, los siete mencionados anteriormente; partimos y seguimos nuestro caminoCon el pleno propósito, a pesar de todas estas advertencias, de embarcar de nuevo y proceder a Jerusalén; Pablo juzgó deliberadamente que todos los sufrimientos que pudiera enfrentar en el curso de su ministerio tenderían a promover el evangelio; y que era su deber cumplir con sus compromisos con las iglesias, al entregar sus limosnas a los hermanos allí, pasara lo que sucediera.

Y todos nos llevaron de camino , etc. Porque aunque Pablo no cedió a las persuasiones de estos sus amigos en Tiro, sin embargo, le mostraron todas las muestras imaginables de respeto; con sus esposas e hijos lo atendieron a él y a su compañía hasta que salieron de la ciudad y llegaron a la orilla donde, antes de separarse, se arrodillaron y oraron juntos y luego se despidieron unos de otros, como Pablo y los ancianos de Éfeso habia hecho.

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