Así perezcan tus enemigos, oh SeñorEs decir, tan repentinamente, tan seguramente, tan eficaz e irrecuperablemente; un elegante apóstrofe de la profetisa este, al volverse y dirigir su discurso a Dios; que así como su discurso comenzaba con él, también pudiera concluir con él. ¡Y con qué gracia y, al mismo tiempo, con qué grandeza y sublimidad cambia de tema! ¿Cómo fue posible que ella concluyera su cántico de una manera mejor que con este repentino, pero, al mismo tiempo, deseaba fervientemente que todos los enemigos de Jehová perecieran como lo había hecho Sísara? Y que todos los que lo aman puedan, como el sol naciente, avanzar de fuerza en fuerza, hasta que lleguen al punto más alto de gloria. Débora fue una profetisa, y esta oración puede considerarse como una predicción doble, importando tanto que, a su debido tiempo, todos los enemigos de Dios perecerán;brillará para siempre como el sol en el reino de su Padre.

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