¡Ay del mundo a causa de las ofensas! Es decir, la miseria indecible habrá en el mundo a través de ellas; porque es necesario que vengan las ofensas Tal es la naturaleza de las cosas, y tal la debilidad, la locura y la maldad de la humanidad, que no puede sea, pero ellos vendrán: pero ¡ay de ese hombre! Es decir, miserable es ese hombre; por quien viene la ofensa. Las ofensas son todas las cosas por las cuales alguien se aparta o se obstaculiza en el camino de Dios. Si tu mano, pie, ojo te es ocasión de caer , es decir, te hace tropezar; si el goce más querido, o la persona más amada y útil, te aparta o te estorba en el camino.

¿No es difícil decir esto? Sí; si te aconsejas con carne y hueso. Para una mayor aclaración de las palabras, véanse las notas sobre Mateo 5:29 ; y Marco 9:42 .

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