Guárdame como a la niña de los ojos Que has cercado maravillosamente por todos lados, y que los hombres usan con sumo cuidado y diligencia para preservar. Escóndeme bajo la sombra de tus alas. Protégeme de mis enemigos, visibles e invisibles, como la gallina protege a sus pollos de las aves de rapiña. También parece haber una alusión a las alas de los querubines, que eclipsan el propiciatorio. De los impíos O, a causa de los impíos. De mis enemigos mortales hebreo, mis enemigos en, a favor o en contra de mi alma , o vida , a quienes nada más que mi sangre o mi vida satisfará. Que me rodean y muestran así su extrema malicia y mi peligro.

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