¿Por qué estás abatida, oh alma mía, con excesiva tristeza y desesperación? ¿Por qué estás inquieto dentro de mí? ¿Hay alguna causa por la que la ansiedad mental te ponga en un estado de tal perturbación, como si todas las esperanzas de esta felicidad se hubieran perdido para siempre? Espera en Dios, confía en él y espéralo pacientemente. Porque todavía lo alabaré. Llegará el tiempo en que volveré a su casa y lo alabaré por su favor hacia mí. Por la ayuda de su rostro En hebreo, Por la salvación de su rostro, por esos apoyos, liberaciones y consuelos que, no dudo, disfrutaré pronto, tanto en su presencia como en su santuario, a los que me devolverá, y de su presencia, y de la luz de su rostro, que él gentilmente me pagará.

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