Siriaco [Siriaco]

Desde (Daniel 2:4); (Daniel 7:28) el Libro de Daniel está escrito en arameo, el idioma antiguo de Siria, y es sustancialmente idéntico al caldeo, el idioma de la antigua Babilonia. Sobre este hecho, junto con la aparición de quince palabras persas y tres griegas, se ha basado un argumento en contra de la historicidad de Daniel y a favor de una fecha posterior a la conquista de Palestina por Alejandro (332 a.C.). Sin embargo, ha parecido, con algunas excepciones modernas, a la erudición hebrea y cristiana de todas las épocas una prueba incontestable más bien de la autoría daniel del libro que, habiendo vivido desde la niñez en una tierra cuyo idioma era caldeo, una gran parte de su escritura debe estar en esa lengua. A menudo se ha señalado que el caldeo de Daniel es de gran antigüedad, como se muestra en comparación con el de los targumes. Las pocas palabras del persa y del griego confirman igualmente la residencia del escritor en una corte visitada constantemente por emisarios de esos pueblos. Es de notar que la sección aramea es precisamente la parte de Daniel que más preocupaba a los pueblos entre los que vivía, y para quienes una profecía escrita en hebreo hubiera sido ininteligible. El idioma vuelve al hebreo en las porciones predictivas que tienen que ver con el futuro de Israel.

"El hebreo de Daniel está estrechamente relacionado con el de Ezequiel". - Delitzsch.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad