Porque sabemos en parte, etc.— Los hombres más sabios tienen aquí conceptos breves, estrechos e imperfectos incluso de las cosas que les rodean; y mucho más de las cosas profundas de Dios; y aun las profecías que los hombres libran de Dios, están lejos de abarcar la totalidad de los acontecimientos futuros, o de esa sabiduría y conocimiento de Dios, que se atesora en la revelación de las Escrituras. Pero cuando lleguemos a ese estado perfecto y celestial, tanto esa luz pobre, baja y resplandeciente, que es todo el conocimiento que ahora podemos alcanzar, como todos los métodos lentos e insatisfactorios actuales para obtenerlo, se cambiarán por el visiones más amplias de todo lo que sea deseable saber; abriéndose en la mente de la manera más fácil, clara y deliciosa.

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