Te suplico por mi hijo Onésimo, - El orden de las palabras originales es este: Te suplico por un hijo mío, a quien engendré en mis ataduras, Onésimo. Así, la mente se mantiene en una suspensión agradable; y debió haber afectado a Filemón de tal manera que le resultó imposible resistir una súplica propuesta con tanta delicadeza y modestia.

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