Él ha derramado esto que vosotros ahora veis y oís. Se dice en Juan 7:39 que el Espíritu Santo todavía no se había dado, porque Jesús todavía no había sido glorificado.Vea la nota en ese versículo. El Espíritu, en sus influencias extraordinarias y sobreabundantes, fue reservado como gran donante después del triunfo de Cristo sobre los principados y potestades. Cuando ascendió a lo alto, envió el regalo más grande que jamás se le haya otorgado a la humanidad, excepto él mismo. Por esto Cristo descubrió la grandeza de su adquisición, la altura de su gloria, el ejercicio de su poder, la certeza de su resurrección y ascensión, y el cuidado que tenía de su iglesia: porque en qué podría ilustrar su carácter más, que por ¿Dejándoles ver que cumplió su última promesa, de enviarles otro Consolador, que debería estar con ellos en todas sus empresas, para dirigirlos en sus dudas y defender su causa contra toda oposición? Lo que aún mejoró este regalo fue,para permanecer con ellos y con todos sus santos fieles para siempre. Debía permanecer con ellos como prenda de su amor, como testimonio de su verdad, como prueba de su favor ahora y de la herencia futura de todos los fieles en el cielo. Ver Efesios 4:8 ; Efesios 4:32 .

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