Tú eres samaritano, etc.— Los judíos y los samaritanos se odiaban a muerte a causa de la religión, como hemos observado con frecuencia: por eso sucedió que en el lenguaje común, el couthi, o samaritano, se usaba para significar no meramente un samaritano, sino un hombre malo por principio y disposición; y así denotado con frecuencia un enemigo empedernido de la nación y la religión judías, y un hombre de moralidad perversa. Tú eres samaritano y tienes demonio. Como a los israelitas les provocó mucho que se les dijera que no eran hijos de Dios, y como Jesús a menudo en el curso de esta conversación los había despojado de esa gloria, no, los había llamado expresamente los hijos del diablo, No es de extrañar, considerando las pasiones de los hombres malvados, que ahora se enfurecieron y lo insultaron con el lenguaje más oprobioso.

Haciendo caso omiso del reproche que le hicieron al llamarlo samaritano, nuestro Señor responde dócilmente, Juan 8:49 a la última parte de su acusación, que no era un lunático, ni actuado por un diablo: que honraba a su Padre, al comunicar lo que reveló y al dar un testimonio firme y coherente de la verdad. Mientras que le robaron ese honor que le pertenecía, arrojándole reflexiones tan oprobiosas y rechazando su doctrina. Ver cap. 7:

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