En España— Por lo tanto, parece probable, considerando el principio por el cual San Pablo eligió gobernarse a sí mismo, de no edificar sobre los cimientos de otro hombre, que ningún Apóstol haya plantado todavía ninguna iglesia en España; que muy mal concuerda con la "Leyenda de Santiago"; pues, según eso, ya llevaba quince años en España y había erigido allí varios obispados. Ver Miscell de Geddes. vol. 2: pág. 221.

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