Juzguen ustedes mismos. - En este y en los dos versículos siguientes el Apóstol razona con ellos - apela a su propio sentido común, y a las indicaciones de la Naturaleza, en cuanto a la verdad evidente de lo que les ha enseñado sobre esta cuestión. ¿Seguramente no pensaría usted que es apropiado que una mujer (dejando de lado la cuestión de los hombres y los ángeles) hable cara a cara con Dios en oración?

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