Por honor y deshonra. - La enumeración de los elementos en y por los que se desarrolla su ministerio comienza a adquirir un carácter más personal. Trazamos una vez más en las palabras que siguen la sensibilidad de una experiencia reciente. Tiene que hacer su trabajo, al mismo tiempo, como a través de una gloria que no ha buscado; en otro momento bajo una ignominia que no ha merecido. En un momento los hombres hablan bien de él, y en otro cae sobre lenguas malignas y amargas.

La misma palabra "engañador", la más irritante de todas las palabras para quien es consciente de su veracidad, se le lanza imprudentemente. A través de todos ellos prosigue su obra, creyendo que también en ellos encontrará la manera de recomendarse a sí mismo como ministro de Dios.

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