Lo cual es ... - En la ferviente elocuencia del original se omiten estas palabras de conexión, y la cláusula se agrega en una especie de aposición a las palabras "en todas tus persecuciones"; el efecto es el mismo que cuando en inglés ponemos un guión: “lo que soportáis, una señal manifiesta”, etc. La indicación del justo juicio de Dios no consistió tanto en la vitalidad y el crecimiento de la fe y el amor de los tesalonicenses como en el hecho mismo de ser perseguidos; tal persecución fue una indicación real de cómo sería el juicio justo de Dios en el último día.

No se debe enfatizar indebidamente el epíteto "justo", como si fuera "una señal de la justicia del juicio de Dios"; el punto es sólo indicar ya lo que probablemente decidiera un juez imparcial.

Para que seáis contados dignos. - Esto expresa el resultado, no del juicio futuro de Dios, sino de los sufrimientos pacientes que revelan cuál será ese juicio. El “contar digno” (o más bien, quizás, el “ declarar digno”) es, de hecho, el “juicio” o sentencia en sí. "Sufres de tal manera que podemos pronosticar el veredicto justo de Dios: es decir, para que luego se declare (el tiempo griego apunta a un momento distinto para formar la estimación) apto para recibir el reino de Dios". La palabra “contados dignos” en este lugar no tiene nada que ver con la cuestión teológica del mérito.

El reino de Dios. - Que había formado una característica destacada de la primera predicación en Tesalónica. (Véase la Introducción a la Primera Epístola a los Tesalonicenses. ) Entonces, ¿los cristianos tesalonicenses todavía no están en el reino de Dios? Sí; pero sólo como sus súbditos: en lo sucesivo, no se los considerará dignos de ser admitidos en él, sino de él mismo, es decir, de heredarlo, de convertirse en reyes de él. (Comp. El argumento paralelo en 2 Timoteo 2:12 .)

Por lo cual también vosotros sufrís. - A San Pablo le gusta mucho este “también” en las cláusulas relativas; refuerza el acoplamiento entre las cláusulas de relativo y antecedente, y así resalta más claramente la conexión vital entre el sufrimiento y el reinado. Sufren “por el reino”, no sólo por ganarlo, sino por él, en defensa de él, como consecuencia de ser sus ciudadanos, para extender su dominio.

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