(6-10) Exhortación especial a la generosidad en el apoyo de los maestros, basada en el hecho de que todos recibiremos, en la cosecha del fin del mundo, según lo que hemos sembrado durante el tiempo de nuestra probación aquí. El autoindulgente encontrará que la carne a la que se ha entregado caerá hasta la disolución, y habrá un final. Por otro lado, quien en todas sus acciones haya buscado la aprobación del Espíritu será recompensado con vida eterna. La misma regla se aplica a todo tipo de beneficencia. Hagamos el bien que podamos, siempre que se nos dé la oportunidad, especialmente hacia nuestros hermanos cristianos.

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