También debéis lavaros los pies unos a otros. - El argumento es a fortiori. Si se hubiera humillado tanto como para hacer el trabajo de siervo por ellos, mucho más deberían humillarse el uno por el otro. Para que sus palabras sean lo más impactantes posible, van precedidas de la enfática I , y se repite “Maestro y Señor” del verso anterior, pero en orden inverso, para dar especial protagonismo a la palabra de mayor dignidad.

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