Un hombre tenía una higuera. - La parábola está obviamente en estrecha conexión con la enseñanza anterior. Se había advertido al pueblo del peligro de morir, a menos que se arrepintiera. Ahora se les enseña que la paciencia y la gran paciencia de Dios los están llevando al arrepentimiento. La aguda advertencia del Bautista, “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado” ( Mateo 3:10 ), se expande en una parábola.

En cuanto al marco exterior de la historia, solo tenemos que señalar que el cultivo conjunto de la higuera y la vid era tan común que se convirtió en proverbio ( 2 Reyes 18:31 ; Cantares de los Cantares 2:13 ).

La interpretación de la parábola en cuanto a su deriva general es bastante fácil. La higuera estéril es el símbolo de una infructuosa profesión de piedad; la demora representa la paciencia de Dios al permitir aún un tiempo para el arrepentimiento. Sin embargo, cuando llegamos a los detalles, se presentan serias dificultades. Si consideramos que la higuera representa a Israel, ¿qué vamos a hacer con la viña? Si el dueño de la viña es Cristo, ¿quién es el viñador? ¿Se refieren los tres años a la duración real del ministerio de nuestro Señor? Las respuestas a estas preguntas se encontrarán en las siguientes consideraciones: - (1) La viña es uniformemente en el lenguaje parabólico de las Escrituras el símbolo de Israel.

(Ver nota sobre Mateo 21:33 .) (2) El dueño de esa viña no es otro que el gran Rey, el Señor de los Ejércitos ( Isaías 5:7 ). (3) Si esto es así, entonces la higuera debe representar algo más que Israel como nación, y el contexto apunta a que es el símbolo del alma individual, que heredando su lugar en un orden divino, es como un árbol plantado en el huerto del Señor.

(Comp. Salmo 1:3 ; Jeremias 18:8 ) (4) Los “tres años” en los que el dueño viene buscando fruto no pueden, desde este punto de vista, responder a las tres etapas de la Revelación: patriarcal, mosaica y profética. - ni los tres años del ministerio de nuestro Señor, sino que representan, como símbolo de plenitud, las oportunidades plenas dadas a los hombres, los llamados al arrepentimiento y la conversión que les llegan en las diversas etapas de sus vidas en la juventud, la madurez, la vejez.

(5) El labrador de la viña, siguiendo la misma línea de pensamiento, es el mismo Señor Jesús, quien intercede, tanto por la nación en su conjunto, como por cada miembro individual de la nación. Suplica un retraso. Él hará lo que se pueda hacer “cavando” en el barbecho del alma e impartiendo nuevas fuentes de alimento o de fecundidad. Si estos sirven, bueno. Si no, la higuera, por implicación, toda higuera de la viña que continuara estéril, sería cortada.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad