Se unió a sí mismo. - Literalmente se adhirió o se apegó a sí mismo. El verbo es el mismo que se usa cuando el esposo se une a su esposa en Mateo 19:5 , y por lo tanto expresa la absoluta dependencia del hombre hambriento de alguien que estaba dispuesto a ayudarlo.

A un ciudadano. - Literalmente, a uno de los ciudadanos. En la historia exterior de la parábola, esto enfatizaría la miseria en la que había caído el hombre. El hijo de Abraham tuvo que depender de la generosidad de un extraterrestre. En las dos líneas de interpretación, el "ciudadano" es aquel que siempre ha sido del mundo, mundano, viviendo para un fin no superior al de la ganancia o el placer. El hijo pródigo es como alguien que, llamado a una vida más elevada, ha perdido su bienaventuranza, y ahora depende del gozo del que es capaz de aquellos que están más completamente identificados con el mal.

Quizás sea natural que a medida que nos alejamos más del alcance principal de la parábola, su aplicación en detalle se vuelva más difícil; y mirando la parábola, como un bosquejo de la historia de la raza humana, no se ve quién responde al "ciudadano". No el Tentador, el gran autor del mal del mundo, porque el ciudadano es uno de muchos. Tampoco es parte del ciudadano aquí tentar al mal, sino más bien ser medio inconscientemente el instrumento de Dios para castigarlo; medio inconscientemente, de nuevo, el medio para preservar al malhechor de la muerte y, por lo tanto, para hacer una subsiguiente. liberación posible.

Es más fiel a los hechos, por tanto, ver en el “ciudadano” al representante de la sabiduría y el conocimiento, máximas de prudencia mundana o principios de ética sin religión, que por un tiempo sostienen el alma, y ​​“aún el borde hambriento del apetito , ”Y evitar que se hunda por completo, mientras lo dejan en su miseria y no satisfacen sus ansias.

Para alimentar a los cerdos. - Sentimos enseguida el estremecimiento que atravesaría a los oyentes de la parábola al escuchar estas palabras. ¿Podría haber para un israelita una degradación más profunda? En la enseñanza interna de la parábola, esto quizás implica un estado en el que la voluntad y las energías del hombre no tienen sino la única obra de atender sus apetitos más bajos. Tal es, a largo plazo, el resultado de la sabiduría descrita en la nota anterior como respuesta al "ciudadano".

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