Los escribas y los fariseos se sientan en el asiento de Moisés. - Las palabras probablemente fueron dichas de su acción colectiva representada en el Sanedrín, más que de su trabajo individual como intérpretes de la Ley. Como tales, afirmaron ser los exponentes autorizados de la Ley, y nuestro Señor reconoce (a menos que supongamos una protesta latente en Sus palabras, como la que está velada en el "pozo completo que rechazáis" de Marco 7:9 ) su reclamar reverencia.

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