Porque cualquiera que guarde ... - Mejor, ha guardado toda la Ley, pero ha ofendido en una, se ha hecho culpable de todos. Como una cadena se rompe por la falla del eslabón más débil, así toda la Ley, en su armonía y plenitud como la contempla Dios, se rompe por la ofensa de un hombre; y la pena recae, por su propio peso e incidencia naturales, sobre el culpable.

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