Verso 20. Somos embajadores de Cristo..  Ὑπερ Χριστου - πρεσβευομεν. Ejecutamos la función de embajadores en lugar de Cristo. Él vino del Padre a la humanidad en esta importante embajada. Ha dejado el mundo, y nos ha designado en su lugar.

El embajador es una persona enviada de un poder soberano a otro; y se supone que representa la persona del soberano por el que es designado. Cristo, mientras estuvo en la tierra, representó la persona del Soberano del mundo; sus apóstoles y sus sucesores representan la persona de Cristo. Cristo declaró la voluntad del Padre a la humanidad; los apóstoles, etc., declaran la voluntad de Cristo al mundo. Somos embajadores de Cristo.

Como si Dios os suplicara por nosotros... Lo que os decimos lo decimos con la autoridad de Dios; nuestras súplicas son sus súplicas; nuestro cálido amor hacia vosotros, un tenue reflejo de su infinito amor; os rogamos que volváis a Dios, es su voluntad que lo hagáis; os prometemos la remisión de los pecados, estamos autorizados a hacerlo por Dios mismo. En lugar de Cristo, te rogamos que dejes de lado tu enemistad y te reconcilies con Dios, es decir, que aceptes el perdón, la paz, la santidad y el cielo, todo lo cual te ha sido proporcionado por su sangre y te ha sido ofrecido con su propia autoridad.

"¡Qué condescendencia sin igual y qué misericordia divinamente tierna se muestran en este versículo! ¿Suplicó alguna vez el juez a un criminal condenado que aceptara el perdón? ¿Suplicó alguna vez el acreedor a un deudor arruinado que recibiera una absolución completa? Sin embargo, nuestro Señor todopoderoso, y nuestro eterno Juez, no sólo se permite ofrecer estas bendiciones, sino que nos invita, nos suplica, y con la más tierna importunidad nos solicita que no las rechacemos". Notas del Rev. J. Wesley in loc.

Este sentimiento se expresa con más detalle en la siguiente hermosa versión poética de este lugar, realizada por el reverendo Charles Wesley:-

"Dios, el ofendido Dios altísimo

Envía embajadores a los rebeldes

Sus mensajeros suplen su lugar,

Y Jesús nos ruega que seamos amigos.

A nosotros, en lugar de Cristo, nos ruegan,

Nosotros, en lugar de Cristo, suplicamos,

Que arrojemos nuestras armas, nuestros pecados, lejos,

y encontrar el perdón a sus pies.

Dios nuestro, en Cristo, tu embajada

Y la misericordia ofrecida abrazamos;

y nos reconciliamos gustosamente contigo,

alabamos tu misericordia condescendiente.

Pobres deudores, por petición de nuestro Señor

recibimos la plena absolución;

Y los criminales, con el perdón bendecido,

Vivimos, a instancias de nuestro Juez".
 

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