Verso Hebreos 13:5Que vuestra conversación...  Es decir, todo el tenor de vuestra conducta, τροπος, el modo de vuestra vida, o más bien la disposición de vuestros corazones en referencia a todas vuestras ocupaciones seculares; pues en este sentido el original es utilizado por los mejores escritores griegos.

No tengáis codicia... No deseéis nada más que lo que Dios os ha dado; y especialmente no codiciéis nada que la Divina Providencia haya dado a otro hombre, pues esto es el espíritu mismo del robo.

Contentarse con las cosas que tenéis... Αρκουμενοι τοις παρουσιν- Estar satisfechos con las cosas presentes. En una de las sentencias de Focílides tenemos un sentimiento con casi las mismas palabras que el del apóstol: Αρκεισθαι παρεουσι, και αλλοτριων απεχεσθαι- Contentarse con las cosas presentes, y abstenerse de otras. El hombre codicioso corre siempre hacia el futuro con deseos insaciables tras el bien secular; y, si no se frena esta disposición, aumenta a medida que el sujeto de la misma aumenta en años. La codicia es el vicio de la vejez.

Nunca te dejaré, ni te abandonaré... Estas palabras fueron, en resumen, pronunciadas a Josué, Josué 1:5 :"Como estuve con Moisés, así estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré". También fueron pronunciadas por David a Salomón, 1 Crónicas 28:20 : "David dijo a Salomón su hijo: Esfuérzate y anímate, y hazlo; no temas ni desmayes, porque el Señor Dios, mi Dios, estará contigo; no te dejará ni te abandonará". El apóstol, al referirse a las mismas promesas, se siente autorizado a reforzar las expresiones, ya que la dispensación cristiana ofrece más consuelo y confianza en asuntos de este tipo que el antiguo pacto. Las palabras son peculiarmente enfáticas: Ου μη σε ανω, ουδ' ου μη σε εγκαταλιπω. Hay no menos de cinco negaciones en esta corta frase, y éstas conectadas con dos verbos y un pronombre repetido dos veces. Dar una traducción literal es apenas posible; sería de esta manera: "No, no te dejaré; no, tampoco te abandonaré del todo". Los que entienden el genio de la lengua griega, y observan la forma en que estos negativos están colocados en la frase, percibirán de inmediato cuánto se refuerza el significado con ellos, y a qué afirmación enfática y enérgica equivalen.

Esta promesa se hace a los que soportan pacientemente la aflicción o la persecución por causa de Cristo; y puede aplicarse a cualquier alma fiel en aflicción, tentación o adversidad de cualquier tipo. Confía en el Señor con todo tu corazón, y nunca te apoyes en tu propio entendimiento; porque él ha dicho: "No, nunca te dejaré; no, yo nunca, nunca te desecharé".

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