Verso 53.  Por la disposición de los ángeles... εις διαταγας αγγελων. Después de todo lo que se ha dicho sobre este difícil pasaje, tal vez el significado simple sea que había filas, διαταγαι, de ángeles que asistían a la Majestad Divina cuando daba la ley: una circunstancia que debió añadirse en gran medida a la grandeza y solemnidad de la ocasión; y a esto me parece que alude el Salmo 68:17 de manera más evidente: Los carros de Dios son veinte mil, muchos miles de ángeles; el Señor está entre ellos como en SINAI, en el lugar santo. No fue entonces por la boca ni por las manos de los ángeles, como agentes principales, que Moisés, y a través de él el pueblo, recibió la ley; sino que Dios mismo la dio, acompañado de muchos miles de esos gloriosos seres. Como es probable que asistieran a esta gloriosísima solemnidad, por eso San Pablo pudo decir, en Gálatas 3:19, que fue ordenada por los ángeles, διαταγεις δι αγγελων, en la mano de un Mediador. Y como eran las únicas personas que podían aparecer, pues ningún hombre ha visto a Dios en ningún momento, por lo tanto el apóstol podría decir más adelante, (si en verdad se refiere a la misma acción, véase la nota allí,) la palabra hablada por los ángeles fue firme, Hebreos 2:2. Pero las circunstancias de este caso no son lo suficientemente claras como para llevar al conocimiento de lo que hicieron los ángeles en esta acción tan maravillosa; sólo aprendemos, por el uso que hace San Esteban de esta circunstancia, que añadió mucho a la enormidad de su transgresión, el hecho de que no guardaran una ley, en cuya dispensación se había empleado el ministerio de los ángeles. Algunos piensan que Moisés, Aarón y Josué son los ángeles a los que se hace referencia aquí; y otros piensan que el fuego, la luz, las tinieblas, la nube y las densas tinieblas fueron los ángeles que Jehová utilizó en esta ocasión, y a los que se refiere San Esteban; pero ninguno de estos sentidos parece suficientemente natural, y en particular el último.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad