y se conocía a todos los habitantes de Jerusalem ,. Como que traicionó a Jesús de Nazaret a las manos de los principales sacerdotes, durante treinta piezas de plata; Que esta fue la recompensa de su iniquidad; y que con esto se compró un campo para enterrar a los extraños en; Y que murió de una manera tan miserable: hubo escaso a un habitante en Jerusalén, pero sabía todo esto,.

insomo como ese campo se llama en su lengua adecuada ; o "en su propio dialecto", el "dialecto de Jerusalén", que ahora era el caldela, o siríaco; y tal es la palabra que sigue ", Acelda; Es decir, el campo de la sangre ": porque se compró con el precio de la sangre de Cristo: y si, como dicen, Judas lo ahorcó aquí, o fue arrojado a Headlong aquí por Satanás, y que este era el lugar donde Sus entrañas brotaron; Luego puede ser igualmente llamado, porque fue rociado con su sangre. Se llama en la copia alejandriana "Acheldamach"; y a menudo por Jerom P "Acheldemach", pero muy erróneamente; Porque "DEMACH", pero "DEMA", en el dialecto siríaco y de la caldela, significa "sangre"; ¿Qué Pedro llama al dialecto de los habitantes de Jerusalén, ya que los habla ahora, en distinción del dialecto de Galilea utilizado por él?; Lo que, es simple, fue diferente del dialecto de Jerusalén por lo que se dice, Marco 14:70. Este campo, como lo informan algunos, fue por el nombramiento de la Emperatriz Helena compasada con cuatro paredes, a la manera de una torre, en la parte superior de las cuales son siete puertas distintas, como las ventanas, por las cuales los cuerpos muertos de Los cristianos son decepcionados en él; Y que tiene cincuenta pies de ancho, y setenta dos años: no está lejos del valle de Himom, y está sobre el lado sur del Monte Sión, donde, como dice Jerom, se mostró en su época. Masius R afirma, había una montaña muy alta cerca de Jerusalén, llamada Mount Aceldema, desde el campo adyacente, que se compró con el precio de la sangre de Cristo, para enterrar a los extraños en.

comentario. en psal. 108. follo. 73. D. de locis hebraicis, fol. 89. C. 95. H. de nominibus hebraicis, fol. 105. H. Q de Locis Hebraicis, IB. come. en josuam, p. 283.

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