Y por lo tanto, le fue imputado por la justicia. No porque su fe fuera fuerte, y tuvo una garantía total de la misma, sino porque era correcto, descansando sobre la promesa de Dios, y confiando en su poder y fidelidad para realizarlo; Porque aunque la justicia de la fe no se imputa a ningún tipo de creyentes, para no meras nominales, sin embargo, a todos, aunque tengan una verdadera fe, aunque puede ser menos débil; Porque, en cuanto a la naturaleza, el tipo y el objeto, aunque no en cuanto a la licenciatura, es lo mismo en todos los verdaderos creyentes, y la misma justicia se imputa a uno a otro.

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