(22) No les he escrito porque no conocen la verdad, sino porque la conocen, y que ninguna mentira es de la verdad.

(22) Quitando una objeción, no escribió estas cosas a los hombres que ignoran la religión, sino a los que conocen bien la verdad, sí, en la medida en que pueden discernir la verdad de la falsedad.

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