21 Y que ninguna mentira es la verdad. Les concede un juicio por el cual pueden distinguir la verdad de la falsedad; porque no es la proposición dialéctica, que la falsedad difiere de la verdad (como se enseña como reglas generales en las escuelas), sino que lo que se dice se aplica a lo que es práctico y útil; como si hubiera dicho, que no solo ocultaban lo que era verdad, sino que también estaban tan fortificados contra las imposturas y falacias de los impíos, que sabiamente se hicieron caso. Además, no habla de este o de ese tipo de falsedad; pero él dice que cualquier engaño que Satanás pueda inventar, o de cualquier manera que pueda atacarlos, podrán distinguir fácilmente entre la luz y la oscuridad, porque tienen al Espíritu como su guía.

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