(10) Y si (i) invocáis al Padre, que sin consideración de personas juzga según la obra de cada uno, pasad el tiempo de vuestra peregrinación [aquí] con temor:

(10) Como antes distinguió la verdadera fe y la esperanza de la falsa, ahora también la obediencia, poniendo la vista viva y aguda de Dios, contra una máscara exterior, y la sincera reverencia contra la vana severidad.

(i) Si serán llamados hijos de ese padre.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad