(3) Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí (e) su prisionero; sino participa de las aflicciones del (f) evangelio según el (g) poder de Dios;

(3) Él prueba que la ignominia o vergüenza de la cruz no es de qué avergonzarse, y también que es gloriosa y honorable: primero, porque el evangelio por el cual los piadosos son afligidos es el testimonio de Cristo; y segundo porque por fin aparece en ellos la gran virtud y el poder de Dios.

(e) Por su bien.

(f) Se dice que este Evangelio está en cierto modo afligido en los que lo predican.

(g) A través del poder de Dios.

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