(6) Mortificad, pues, vuestros (c) miembros que están sobre la tierra; fornicación, inmundicia, afecto desmedido, concupiscencia perversa y avaricia, que es idolatría:

(6) No permitas que tu naturaleza muerta sea más eficaz en ti, sino deja que tu naturaleza viva sea eficaz. Ahora la fuerza de la naturaleza se conoce por los deseos. Por tanto, deja que los afectos del mundo mueran en ti, y que vivan los deseos contrarios que son espirituales. Y cuenta con una gran lista de vicios y sus virtudes contrarias.

(c) Los deseos y concupiscencias que hay en nosotros, son en este pasaje muy propiamente llamados miembros, porque la razón y la voluntad del hombre están corrompidas y las usa como el cuerpo usa a sus miembros.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad