(8) Pero me regocijé mucho en el Señor, de que ahora, al final, tu cuidado de mí ha vuelto a florecer; donde también fuisteis cuidadosos, pero os faltó la oportunidad.

(8) Él testifica que la generosidad de ellos le fue aceptable, con la que lo ayudaron en su extrema pobreza; pero sin embargo, moderando sus palabras, podría declararse libre de toda sospecha de deshonestidad, y que tiene una mente contenta tanto con prosperidad y adversidad, y para ser breve, que se apoya sólo en la voluntad de Dios.

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