Y (i) rasga tu corazón, y no tus vestiduras, y vuélvete al SEÑOR tu Dios, porque él es clemente y misericordioso, lento para la ira y grande en misericordia, y se arrepiente de su mal.

(i) Mortifica tus afectos y sirve a Dios con pureza de corazón y no con ceremonias.

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