(10) Sin embargo, es necesario que hoy, y mañana, y el [día] siguiente, me sea necesario caminar; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.

(10) En ningún otro lugar hay enemigos más crueles de los piadosos que dentro del santuario y la Iglesia misma: pero Dios lo ve y en su tiempo tendrá una cuenta de ellos.

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